Dentro de los temas clave relacionados con la política y la práctica para el aprendizaje de la próxima generación se encuentran la innovación educativa y el enfoque instruccional que colocan a cada estudiante en el camino hacia la realización de sí mismos como aprendices y contribuyentes en este mundo acelerado y en constante cambio.
Las aulas son un torbellino de estilos de aprendizaje, necesidades, intereses, antecedentes y habilidades. Los estudiantes no solo deben encontrarse en el lugar donde están, sino también tener voz y voto en el lugar al que se dirigen. Afortunadamente, los educadores tienen acceso a una gran cantidad de enfoques educativos que, si se implementan de manera efectiva, brindarán a los estudiantes el alto nivel de aprendizaje comprometido que necesitan para tener éxito.
Existen tres enfoques de instrucción que suelen confundirse constantemente y es importante clarificarlos: el aprendizaje diferenciado, individualizado y personalizado. Si los estudiamos y los comprendemos, tendremos la posibilidad de generar las estrategias de trabajo que permitan cambiar a un enfoque centrado en el estudiante.
El aprendizaje diferenciado es un enfoque que permite adaptarse a las necesidades y preferencias de aprendizaje de los diferentes alumnos que participan en el aula, se aleja del enfoque de enseñanza de “talla única”que es afín al diseño inclusivo y considera el contenido, el proceso, el producto y el entorno de aprendizaje. Este enfoque tiene en cuenta las necesidades de los estudiantes, ya sea para ver qué contenido se adapta mejor a sus necesidades de aprendizaje, cómo procesan mejor la información o qué producto será la mejor demostración de su comprensión.
En un ejemplo de aula diferenciada, los estudiantes se organizan en grupos pequeños, uno que incluye a los estudiantes que necesitan una instrucción más directa. Este grupo completa las tareas utilizando la tecnología y los recursos que el maestro selecciona para adaptarse mejor a sus habilidades. El profesor anima al grupo a colaborar entre sí, ya que están trabajando hacia un objetivo común.
El aprendizaje individualizado se centra más en el ritmo de los estudiantes y sus necesidades de aprendizaje como en el enfoque anterior. Aunque técnicamente la diferenciación y la individualización son distintas, pueden ser parte de la misma estrategia. Un aula individualizada puede diferenciarse en función de las necesidades individuales o de grupos pequeños de alumnos. Pero ya sea, que el aprendizaje sea diferenciado o no, el aprendizaje individualizado permite a los estudiantes avanzar en el curso a su propio ritmo.
En un salón de clases, por ejemplo, un maestro tiene varios estudiantes que necesitan apoyo individual. El maestro personaliza las lecciones y tareas para esos estudiantes y luego les brinda instrucción directa y explícita en función de sus necesidades identificadas. Sus otros estudiantes avanzan a su propio ritmo a través del material estándar y con la capacidad de obtener ayuda cuando la necesitan.
El aprendizaje personalizado proporciona la mayor autonomía a los estudiantes. Los estudiantes tienen un papel activo en el diseño de lecciones y proyectos que sean significativos y relevantes para ellos en función de sus intereses, aspiraciones y pasiones.
En un aula de aprendizaje personalizado, los estudiantes y los maestros codiseñan sus objetivos y el aprendizaje en función de sus metas de aprendizaje, lo que significa que cada estudiante impulsa y es dueño de su viaje de aprendizaje único. Se fomenta el pensamiento crítico de los estudiantes y se les asigna la tarea de elegir y utilizar los recursos y las herramientas tecnológicas necesarias para su aprendizaje.