Educación socioemocional en educación básica

Las emociones

¿Por qué incluir la educación socioemocional en la educación básica?

La ciencia nos indica que hay cuatro contextos donde la educación socioemocional es de suma importancia en la vida de cada persona, que son: en el aula y el entorno de aprendizaje, en el ámbito social, en la vida cotidiana y en el mundo.

En el aula y el entorno de aprendizaje, Christianson (1992) descubrió que la relación entre la emoción y la cognición es la base de toda actividad humana. Por lo tanto, al sistema educativo le incumbe proporcionar una buena formación socioemocional como preparación para la vida, formando niñas, niños y jóvenes que sean capaces de enfrentar situaciones adversas que puedan surgir en sus vidas, así como, ayudándolos a minimizar su vulnerabilidad.

Las emociones tienen un impacto directo en los entornos de aprendizaje, lo cual indica que es menester garantizar que cada alumno se encuentre en un estado emocional que le permita maximizar su aprendizaje en el aula y en la escuela. La Educación Socioemocional pretende promover la apertura emocional, la relajación, el auto conocimiento, el autocontrol y la autoestima para así maximizar la capacidad de aprendizaje de cada uno de los estudiantes.

 

Dimensiones de la educación socioemocional

La educación socioemocional pretende desarrollar las capacidades de las niñas, niños y adolescentes, para llevar una vida con sentido y dignificación. Para ello, el área de la educación socioemocional propone cinco dimensiones, que son: el autoconocimiento, la autorregulación, la autonomía, la empatía y la colaboración.   Cada dimensión se desarrolla mediante las habilidades específicas que la componen, y hay indicadores para medir el logro de las habilidades específicas como también de la dimensión global que en su conjunto ellas forman.

 

Para el autoconocimiento, es necesario desarrollar habilidades específicas relacionadas con la atención, la conciencia de las propias emociones, la autoestima, el bienestar, el aprecio y la gratitud.

Para desarrollar la autorregulación en nuestros alumnos, las habilidades requeridas son la metacognición, la expresión adecuada de las emociones, la regulación de las emociones, la perseverancia, como también la autogeneración de emociones para el propio bienestar.

Para lograr la autonomía, las habilidades requeridas incluyen la iniciativa personal, identificación de necesidades y búsqueda de soluciones, liderazgo y apertura, la toma de decisiones y compromisos, como también el desarrollo de la autoeficacia de cada estudiante.

Para desarrollar la empatía en nuestros alumnos, las habilidades concretas son la procuración del bienestar y el trato digno hacia otras personas, la toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto, el reconocimiento de nuestros propios prejuicios asociados a la diferencia o la diversidad entre las personas, la sensibilización hacia personas o grupos que sufren exclusión o discriminación, y el cuidado de otros seres vivos y de la naturaleza.

Para desarrollar el espíritu colaborativo, debemos fomentar las siguientes habilidades en el alumno: Comunicación asertiva y respetuosa; responsabilidad personal y social; inclusión de todos sus pares, pese a la diversidad existente entre ellos; la resolución de conflictos, y la toma de plena conciencia sobre nuestra condición de interdependencia como seres que formamos parte de una comunidad escolar, una sociedad y un solo mundo.

 

 

Rol docente para desarrollar las habilidades socioemocionales

  • Hay que ser respetuoso hacia las condiciones particulares de cada niño, y evitar a toda costa la expresión de etiquetas o prejuicios.
  • Fomentar valores y actitudes en todo el grupo donde ellos aprendan a suspender su juicio personal acerca de sus compañeros.
  • Fomentar siempre la aceptación y la libre interacción entre todos los alumnos en su diversidad, enseñándoles la aceptación absoluta de todas las diferencias que puede haber entre iguales.

Es de suma importancia también que dedique tiempo en el aula para:

  • Preparar a los estudiantes para hacer frente a los cambios que inevitablemente se darán en su razonamiento y sus emociones, como también en el entorno escolar y familiar.

Finalmente, no se olvide de:

  • Crear y tomar oportunidades para orientar al estudiante hacia experiencias constructivas que contribuyan a su bienestar y lo preparen para saber cómo actuar en situaciones de riesgo.

En la siguiente imagen puede observar algunas estrategias e instrumentos de evaluación que le ayudarán a lograr lo hasta aquí planteado.

Educación socioemocional

Si te ha gustado este artículo y deseas profundizar en el tema, puedes tomar el videocurso “Educación socioemocional. Fundamentación didáctica y actividades para educación básica”, da click en el siguiente enlace para ir al sitio del videocurso.

Click aquí para registrarte en este curso

 

REFERENCIAS

Christianson, S.A. (1992). Emotional Stress and Eyewitness Memory: a critical review. Psychological Bulletin. Sep. 112 (2): 284-309.

 Secretaría de Educación Pública. Aprendizajes clave para la educación integral. Educación socioemocional: Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación.